No es la primera vez que una de sus novelas se adapta para llevarla al cine. Esto ha sucedido en dos ocasiones más con Mensaje en una botella, de Luis Mandoki, donde se describe el hallazgo en el mar de una botella con un mensaje, que un viudo dirige a su mujer recién fallecida; y Un paseo para recordar, de Adam Shankman, que se centra en el casto amor juvenil entre un joven algo gamberro y la hija de un pastor protestante, aquejada de una enfermedad.
En estas tres películas domina el amor, entendido como una fuerza de poder indescriptible que es capaz de superar cualquier obstáculo.
En El diario de Noa, dirigida por Nick Cassavettes , a mi entender mejor director que los otros dos citados anteriormente, se confunde el cariño de una relación de novios con con pasión y sentimientos intensos.
La película comienza en una residencia de ancianos, donde una mujer que padece Alzheimer recibe la visita de un hombre que le lee el diario de Noa, donde se consigna el apasionado amor juvenil de éste por Allie.
En ella se alternan las características del amor incomprendido por la diferente posición social de los jóvenes, la oposición de los padres de ella, una separación, una guerra, etc. con escenas de los dos ancianos. Con este juego de escenas se alimenta la expectación sobre cómo acabará la historia.
En esta producción hay una impecable ambientación y unos profesionales actores que interpretan su papel de forma magistral, tanto los que hacen de ancianos que son Garner y Rowlands como los jóvenes Gosling y McAdams.
Por tanto, si te gusta el cine romántico y no has visto aún El diario de Noa, te recomiendo que disfrutes de esta historia que te llegará directa al corazón.
Melisa E. Peña
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