La conocida película Love Actually nos presenta el amor en muchas de sus formas. El amor frustrado, el que nos deja, el deseado, el furtivo, el de amigos, el de hermanos, el infantil, el imposible, el pecaminoso, etc. Seguro que alguno de ellos lo vivís y os sentís identificados, o quizá ya lo habéis vivido.
Un dato importante es que Richard Curtis debutó como director en esta película. Aunque no es un recién llegado, ni mucho menos en la industria del séptimo arte porque es un reconocido guionista de películas como Cuatro bodas y funeral, Notting Hill, El diario de Bridget Jones e incluso ha estado nominado a los Oscar.
Cuando se ven este tipo de películas, nos solemos preguntar al cabo de los días porque salimos tan eufóricos después de verla. A veces no hay una respuesta otras sí.
Hay buenas actuaciones pero no para pasar a nuestra memoria cinematográfica, hay un buen guión, pero sin embargo no nos acordamos especialmente de ningún párrafo, hay una correcta dirección pero igual a la de otros directores en cientos de películas. Sin embargo lo que la distingue de muchas otras es el mensaje de optimismo y buen rollo, ninguno de los personajes es odioso y esto transmite y hace subir la adrenalina.
Por tanto, ese es el verdadero encanto de Love actually: su mensaje.
Melisa E. Peña
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