King Kong fue inspirado de algún modo en la leyenda de la bella y la bestia, ha pasado a la historia como una de las grandes películas de género fantástico y es la precursora del denominado cine de monstruos.
La actriz protagonista de la película Fay Wray, fue considerada un mito erótico a raíz de su papel en King Kong. Incluso se llegó a rodar una escena de desnudo integral para esta película pero fue censurada.
Destacar la genial música de Max Steiner, que realza el dramatismo de las mejores escenas y los impresionantes efectos especiales que logró William O'Brien para la época, gracias a la técnica del stop motion que consistía en lograr animación fotograma a fotograma y que el mismo inventó.
Se dice que para la mayoría de escenas se construyeron maquetas y se llegaron a utilizar más de 20 gorilas en miniatura construidos de goma y recubiertos de piel de conejo. Para los primeros planos se construyeron una mano y una cabeza gigantes cubiertas de pieles de oso, movidas desde dentro por varias personas. Para que os hagáis una idea para el movimiento coordinado de los ojos ya hacían falta tres operarios. Las mandíbulas se activaban mediante un motor de aire comprimido.
La escena final con King Kong en lo alto del Empire State Building, sin duda ha quedado para la posteridad como una de las más famosas de la historia del cine.
De las versiones de King Kong que se han realizado, quizás destacaría la creada en 1976 por John Guillermin y producida por Dino de Laurentiis. Los efectos especiales estaban a cargo de Glen Robinson y Carlo Rambaldi. Fue protagonizada por Jessica Lange, Jeff Bridges y Charles Grodin.
En este caso, sí que se construyó un gorila mecánico gigante de unos doce metros de altura y seis toneladas de peso, en cuyo interior se repartían veinte operarios para lograr animarlo. El muñeco estaba recubierto en su totalidad por pelo teñido de cola de caballo, ya que lógicamente los ecologistas no hubieran permitido una matanza de gorilas para realizar una película. Para los planos en que King Kong debía moverse con mayor agilidad se recurrió al actor Rick Baker disfrazado de gorila.
Todos estos esfuerzos se vieron recompensados con el Oscar a los mejores efectos especiales y unos beneficios de unos 36 millones de dólares.
Melisa E. Peña
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